«Yo no creo en Dios, yo creo en J’Tia»: desmontando Survivor Cagayan…

Buenas tardes, lectores (pocos aún, pero de calidad) de este nuestro excelso blog… Si bien los temas principales sobre los que íbamos a hablar por aquí son el cine y las series de TV, he decidido (por recomendación de nuestro primer comentarista, el señor @Lleguaconelle) también dedicarlo un espacio a los «realities» americanos, sin duda mi «guilty pleasure» (y el de muchísima gente). Y, si tengo que elegir la piedra angular de este género, ésa sería sin duda alguna Survivor, el único programa que conozco que, tras 28 temporadas, sigue manteniendo una fiel masa de seguidores y no parece tener pinta de ir a desaparecer pronto.

Pues bien, antes de que el bocazas de turno haga la pregunta de rigor, a saber, «pero esto es como Supervivientes, pero en USA, ¿no?», le voy diciendo que NO. O al menos no como el Supervivientes al que estamos acostumbrados durante los últimos años, ese circo telecinquero en el que la audiencia decide expulsados y ganador (que para entretenerse puede estar bien, ojo, pero nada que ver con esto). Si acaso, habrá quien recuerde las dos primeras ediciones de Supervivientes que emitió Telecinco, presentadas por Juanma López Iturriaga, previamente grabadas y en las que la audiencia no intervenía en ningún momento. Para los nostálgicos, me refiero a esto:

Pues sí, este formato fue inspirado por el Survivor americano, y todos los fans del programa MATARÍAMOS porque volviera (y poder participar). En esencia, en Survivor meten a un grupo de gente, generalmente divididos en varias Tribus, en un lugar remoto (playa, montaña, desierto…) y sin demasiados recursos para sobrevivir (aunque en los últimos años más, todo hay que decirle, pues premian el espectáculo en favor de la supervivencia). Cada 3 días, la Tribu ganadora del Reto de Inmunidad tiene que ir al Consejo Tribal, donde cada uno votará por la persona que quieren fuera de su Tribu, siendo el concursante más votado expulsado. En cierto momento del juego, las Tribus se unifican y continúan las expulsiones hasta que queden 2/3 concursantes. En ese momento, un Jurado compuesto por los últimos expulsados vota al que considera que debe ser el ganador, cada uno basándose en lo que le salga del coño le venga en gana: mejor juego estratégico, afinidad, nivel de reventamiento para con los finalistas… Todo esto puede parecer un planteamiento de lo más simple y repetitivo, pero la cantidad de tramas, subtramas, alianzas, traiciones y momentazos que conlleva lo convierten en uno de los programas más entretenidos, adictivos y trepidantes que he visto (si no el que más). No en vano algunas de las ediciones enganchan hasta tal punto de no poder parar hasta verlas terminar, lo digo por experiencia propia…

Pues bien, hace poco más de una semana se estrenó en USA la 28ª temporada del programa, en la que los concursantes han sido divididos en tres Tribus dependiendo de sus «destrezas»: la Tribu de los fuertes, la Tribu de los listos (hablaremos de esto en un rato, porque tela…) y la Tribu de los guapos. Lo de los guapos, evidentemente, es opinable, porque uno de sus integrantes es este señor…

En fin, que lo en principio podía parecer una división absurda ha demostrado ser todo un acierto que, en los dos episodios (uno de ellos de doble expulsión) que llevamos, ha resultado en uno de los inicio más divertidos e impredecibles de la historia del concurso. Por un lado tenemos la Tribu de los guapos: Brice (el señor de arriba), Alexis (la morena), Jeremiah (un granjero-modelo cuyo acento es indescifrable), Jefra (la Paleta rubia), Morgan (TETAS) y LJ (el macho alpha dominante de turno, el de la gorra).

Esta Tribu es la mas aburrida, por el momento, y eso que ya les ha tocado expulsar a uno de sus miembros y les hemos podido ver bastante… Aparte de LJ, que ya se ha erigido como el líder hostiable de la Tribu y ha «encontrado» (sin las pistas habituales, así que atufa bastante a tongo) con un Ídolo de Inmunidad Oculto (para las rubias naturales, un cacharrito escondido en algún punto del campamento que anula los votos que puedas tener en el Consejo Tribal, siempre que lo juegues antes de la lectura de votos), sólo destacan la locaza negra de antes y su mariliendre Morgan, este señora tan discretita.

Los otros tres se han limitado a hacer piña con el líder y, en la votación que han tenido que hacer en el último episodio, han expulsado a Brice, pese a los intentos de Morgan y el negro de convencer a la pareja de granjeros de echar a Alexis. Nah, a los otros les conviene quedarse con LJ, así se lleva él el «target» de líder y ellos siguen tan tranquilos. Eso sí, TETASMorgan lo tiene bastante jodido como su Tribu vuelva a perder… pero cosas peores se han visto.

Luego están los Brawns, que aunque no han aparecido mucho (como buenos musculitos, lo han ganado todo hasta ahora), lo poco que se ha visto de ellos ha evidenciado que son mala gente de la buena la mayoría, con lo que tenemos espectáculo asegurado. Por un lado, Lindsey (la rastas) y Trish (la rubia), que se odian a muerte y en 3 días ya estaban tirándose de los pelos. Por otro, Cliff (el negro) y Woo (el chino), que se han convertido en una especie de Batman&Robin (mote puesto por el propio Cliff) después de que el chino le dijera al otro que es su fan de cuando jugaba en la NBA. Y, por último, Tony y Sarah, ambos policías y que han hecho una alianza con la que pretenden dominar su Tribu. Tony es otro alpha-male de esos por los que moja las bragas Jeff Probst (el presentador y uno de los productores de todo esto), por lo que no sorprende que ya haya encontrado un Ídolo de Inmunidad Oculto y tenga más «screentime» que Teri Hatcher en Mujeres Desesperadas.

Y, por último, y en letras mayúsculas, la tribu de los «listos»: LUZON.

Y lo pongo entre comillas (un beso para los Chunguitos) porque, hasta ahora, han demostrado ser adorablemente lerdos en todo lo que han hecho. Kass (la vieja rubia) y David (el señor moreno) se aliaron nada más llegar, queriendo ir de «masterminds» por la vida y pretendiendo dominar la Tribu. Pues les salió rana. Spencer (el rubito) decidió escuchar y callar, pero los otros tres son unos maravillosos desequilibrados que les jodieron los planes. Por un lado, Garrett, el musculitos inteligente que encontró el Ídolo de Inmunidad (sí, otro «alpha-male», ¿¿casualidad?? xD) y decidió ir a por David cuando perdieron (estrepitosamente) la primera inmunidad. Por otro lado, Tasha (la negra gordita), que ha venido a jugar y no va a dejar que nadie le diga lo que tenga que hacer. Y, por último, la persona que hizo que un gran fan del concurso dijera la frase que titula esta entrada: J’TIA.

Esta señora ya es una LEYENDA de Survivor. Nada más llegar a la playa, se puso a ladrar órdenes a sus compañeros sobre cómo construir un refugio porque, OIGAN, ELLA ES INGENIERA NUCLEAR. El refugio se cayó a los dos minutos, obvio. Aún así, se las ingenió para que David fuera el primer expulsado, y no ella.

Pero lo mejor vino tras el segundo juego de inmunidad. Los listos iban ganando el juego, pero J’Tia consiguió liarla lo suficiente como para que volvieran a perder, lo cual la ponía en la mira para la expulsión 100%. El caso es que Garrett decidió que se iba ella y nadie tenía que hablar nada, cosa que no sentó bien a Tasha, y en plena discusión entre los otros cuatro sobre la decisión de Garrett, J’Tia (sabiéndose expulsada) hizo esto:

Y diréis «vale, ya no hay quien la salve». Pues os equivocáis. A pesar de diseñar una mierda de refugio, perder la inmunidad y tirar al fuego todo el arroz de la Tribu, Tasha y Kass decidieron apoyarla por sorpresa en el Consejo Tribal, y adivinad quién pagó los platos rotos y se fue a casa con el Ídolo en el bolsillo…

Efectivamente, la musculoca de turno. Total, que llegamos al siguiente episodio y la DIOSA ETERNA J’TIA les dice a sus compañeros que le apetece comer un poco de arroz. Con dos cojones.

Y así estamos ahora mismo, con una Tribu de listo gobernada por tres señoras que están de la pinza, una Tribu de musculitos que se odian entre sí a muerte y una Tribu de guapos en la que cada cual es más tonto que el anterior. Y esto, señores, es Survivor. ¿¿Cómo no vamos a amarlo??

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